Juan Carlos de Llaca reaparece y lo hace con este remake de la cinta "La suerte está echada" de Sebastián Borensztein del 2005.
Irene Azuela es de las pocas actrices mexicanas que me gusta ver por su trabajo y no por sus valores estéticos, así que esta cinta la iba a ver de cualquier modo.
A lo mejor andaba de buen humor, pero me parece que esta cinta esta libre de lo pretencioso de tantos trabajos en nuestra cartelera (ya viene el señor Naranjo con su Miss Bala) puede que por ser un remake pero me parece que se libran de muchos artificios y se ponen a trabajar, es una comedia que no es romántica (tiene unos breves instantes) y no es de pastelazo, lamentablemente lo típico del cine mexicano, estaba en la sala, esas señoras platicando, podría matarlas, pero me desvío, el filme trata de dos medios hermanos y su racha de mala suerte, así como la última voluntad de su padre que está por dejar este mundo.
Ramiro es un actor de teatro que vive alejado de su padre y su medio hermano. Cierta mañana se topa con un suicida quién dice ser una ave de mal agüero. Pese a sus esfuerzos, el joven muere enfrente de Ramiro y éste se queda con la idea de haberse contagiado de la mala suerte. A partir de ese momento su vida se pone de cabeza, al tiempo en que se reencuentra con su familia para cumplir la última voluntad de su padre: encontrar al amor de su vida para despedirse de ella.
Me gusto mucho, y ya saben que a mis los nacionalismos y regionalismos se me hacen la mayor estupidez del mundo.
