Que en esa odiosa tradición tercermundista recibió en México el Morboso título de "La entrevista del escandalo".
La verdad a nosotros nos llega casi como obra de ficción, pues yo aún no había nacido cuando éstas entrevistas se emitieron y no he tenido la fortuna de platicar con alguien que me pueda contar de viva voz como las vieron.
La película no va muy a fondo en la cuestión de Watergate antes de empaparnos en la situación desde que éste periodista está vendiéndole la idea a un amigo, quien será el productor del programa.
Nos relata la historia tanto del punto de vista del ex-presidente Nixon, quien lo hizo por dinero y por creer que Frost sería un tonto, como del lado de Frost, quien pago por las entrevistas de su propia bolsa, en lo que conseguía financiamiento, todo ello es parte de la película, la etapa de planeación, ¿quién se hubiera imaginado que se requiriera tanto tiempo y esfuerzo para hacer un programa televisivo en el que sólo parecen dos hombre s dialogando.
Cierto es que el ritmo es disparejo y que son las entrevistas lo mejor de todo el metraje, pero las actuaciones, en especial la de Frank Langella como Richard M. Nixon, quien se mantiene lejos de caer en la imitación, son la principal baza de ésta cinta, por eso el grueso de las nominaciones que ha recibido.
No es necesariamente una cinta para verse en el cine, pero ¿quién hubiera pensado que después de una llamada nocturna, todos estariamos deseando ver una confesión de culpabilidad.
La verdad a nosotros nos llega casi como obra de ficción, pues yo aún no había nacido cuando éstas entrevistas se emitieron y no he tenido la fortuna de platicar con alguien que me pueda contar de viva voz como las vieron.
La película no va muy a fondo en la cuestión de Watergate antes de empaparnos en la situación desde que éste periodista está vendiéndole la idea a un amigo, quien será el productor del programa.
Nos relata la historia tanto del punto de vista del ex-presidente Nixon, quien lo hizo por dinero y por creer que Frost sería un tonto, como del lado de Frost, quien pago por las entrevistas de su propia bolsa, en lo que conseguía financiamiento, todo ello es parte de la película, la etapa de planeación, ¿quién se hubiera imaginado que se requiriera tanto tiempo y esfuerzo para hacer un programa televisivo en el que sólo parecen dos hombre s dialogando.
Cierto es que el ritmo es disparejo y que son las entrevistas lo mejor de todo el metraje, pero las actuaciones, en especial la de Frank Langella como Richard M. Nixon, quien se mantiene lejos de caer en la imitación, son la principal baza de ésta cinta, por eso el grueso de las nominaciones que ha recibido.
No es necesariamente una cinta para verse en el cine, pero ¿quién hubiera pensado que después de una llamada nocturna, todos estariamos deseando ver una confesión de culpabilidad.